Publicada en Summa+ #74


Obra seleccionada por la autora, para su artículo Lo reducido en escala, para la revista Summa+ nº 74 de Agosto de 2005

por Cayetana Mercé

Las obras que conforman esta nota son intervenciones pequeñas que despliegan una especial creatividad. Se intenta mostrar con ellas que la envergadura de la obra no es obstáculo para que se transmita una búsqueda, la de calidad y cualidad en lo pequeño.

Para los arquitectos acostumbrados a proyectar complejos programas aceptar un encargo de reducida superficie implica plantearse si es posible abordarlos con igual entusiasmo y todo su oficio. Por lo general estas obras les permiten experimentar; y constituyen una oportunidad que, por su escala, genera espacio para la reflexión.

También están los más jóvenes o los que se interesan especialmente por las obras "menores" y encaran el trabajo como un tema de diseño que les es afin, un encuentro con la necesidad de un cliente determinado y una oportunidad para expresar una línea de pensamiento y creatividad.

En esta entrega de "obras mínimas" presentamos trabajos de arquitectos de fuerte compromiso con su producción y para quienes estas obras reflejan lo que para ellos es la arquitectura. En su pequeña escala puede seguirse el rastro de cada uno y tal vez el germen de una línea proyectual para obras futuras.

El proyecto se realizó en una casa de 1920 y en tres etapas. En la primera, se aprovecharon las dos terrazas accesibles existentes para cubrirlas con un techo nuevo, y así ganar dos nuevos ambientes: la habitación principal y un baño vestidor que balconean al patio cubierto por el mismo techo. Sobre los antiguos techos de chapa se construyó una estructura metálica apoyada en sus bordes para sostener un deck de madera, para así recuperar las terrazas, sin tocar las chapas. La segunda etapa fue el gran techo, este ambiente único muy contrastado con la planta baja por su diferente espacialidad y constitución. Se construyó en madera: columnas y vigas de virapitá, cabios y machimbres de pino que se pintaron de blanco. La cubierta y los paramentos exteriores en chapa galvanizada. La tercera y última etapa consistió en convertir la habitación del fondo en el cuarto para el niño Marco. Dentro de un cuarto de 4 x 4 m, a modo de puente se cruzó un entrepiso de madera sostenido por dos perfiles, dejando a un lado una separación para la escalera, y a otro lado un desnivel para unos colchones emulando un camarote. De la memoria de los autores

ESTRUCTURA: Gustavo Freedman, ing

INTERIORES: Tara Sullivan, Hernán Glatsman, Tich Vargas y Estudio m950 

CONSTRUCCION: Ricardo Vargas

SUPERFICIE: 140 m²

UBICACIÓN: Ciudad de Buenos Aires, Arg. 

AÑO: 2002


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